El próximo sábado 01 de mayo, Fiesta de San José Obrero, el seminarista Rony Christian Olivares Basurto recibirá el diaconado de manos de Mons. Ricardo García García, Obispo de la Prelatura de Yauyos. La ceremonia se celebrará en el Santuario Madre del Amor Hermoso (San Vicente de Cañete), a las 11:00 am.
Debido a las restricciones sanitarias dictadas por el gobierno, la Ordenación contará sólo con la presencia de un grupo de sacerdotes, seminaristas y familiares. A la vez, se podrá seguir la transmisión en vivo por el Facebook oficial de la Prelatura de Yauyos.
El diácono o diácono transitorio ejerce su ministerio en comunión con el Obispo, sirviendo al Pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la Palabra y la caridad. Viste de clérigo y puede bautizar, preservar y distribuir la Eucaristía, asistir y bendecir una boda, llevar el viático a los moribundos, leer las Santas Escrituras a los fieles, instruir y exhortar, presidir la adoración y la oración de los fieles, administrar los sacramentales y presidir ritos funerarios. De esta manera el diaconado se ejerce como paso previo al orden sacerdotal.
Rony Christian Olivares Basurto: “Dios es el autor de mi vocación”
Nació en el distrito de San Pedro de Mala y es el último de cinco hermanos. Sus padres son Esteban Olivares Suyo y Valeria Basurto García.
Cursó los estudios de primaria y secundaria en el Colegio parroquial San Pedro de Mala. Luego, ingresó al seminario mayor “San José” (Cañete), donde estudió los ciclos académicos de Filosofía y Teología durante los años 2012-2019. Actualmente, con 25 años de edad, se encuentra de práctica pastoral en la parroquia Santiago Apóstol de Lunahuaná.
Sobre su vocación al sacerdocio nos cuenta lo siguiente: “Desde pequeño mis padres me enseñaron a rezar y asistir a la Santa Misa y estoy muy agradecido por ello. Luego, ya en la secundaria conocí a un grupo de estudiantes que se reunían para tener unas charlas y un poco de deporte, a cargo de un seminarista. Asistía a esas reuniones solo con el fin de conocer y pasarla bien, pues ya tenía un proyecto de estudio de una carrera civil. Fue en un retiro juvenil dónde me preguntaron si había pensado en ser sacerdote, en realidad no lo había pensado seriamente, porque tenía mis proyectos. Entonces comencé a rezar, acudir a los sacramentos y pedir consejo. Después de un tiempo de discernimiento, me decidí comenzar esta gran aventura de entregar mi vida al servicio de Dios siendo sacerdote.
No me arrepiento de tomar esta decisión y con la gracia de Dios recibir la ordenación diaconal y luego sacerdotal. Es Dios quien tiene un plan para cada uno, solo hay que descubrirlo y responder. Agradezco a todos los que me han ayudado a seguir este camino y recemos para que el Señor siga enviando a muchos obreros para su servicio. Dios es el gran autor de toda vocación, es él quien llama, y nos va guiando para que descubramos su llamada.”