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Recuerdos de un gran amigo: el Padre Michel Huamán Sánchez

Levantarse la mañana del 14 de agosto (2022) con la noticia del fallecimiento del P. Michel Huamán fue para todos los que hemos compartido su amistad y ministerio una noticia difícil de asimilar; en mi caso, porque Dios permitió que coincidiéramos en nuestra etapa de formación en el Seminario. 

Me tocó verlo llegar al Seminario en 1999 para el año Introductorio (Propedéutico); antes de su llegada lo habíamos encomendado intensamente al igual que a otros jóvenes con inquietudes al sacerdocio procedentes de la parroquia de Quilmaná.

Su vocación maduró gracias a la amistad con el Pbro. Felipe Peña y la hermana Ernestina, quienes tenían un grupo de jóvenes en la parroquia, lo que le ayudó a tomar la decisión de su vocación. Durante el ciclo propedéutico compartió la formación con los hoy sacerdotes P. Luis Apolinario y P. Dimas Mendoza, bajo la dirección del Pbro. Richard Santos. Años más adelante, gracias a su formación como auxiliar de contabilidad en el Instituto Tecnológico de                 Quilmaná, ayudó en la administración de la curia.

Se caracterizaba por su manera de ser, seriamente responsable y alegre a la vez. En los momentos de esparcimiento solíamos preparar los números para la reunión familiar del Seminario, incluso en varias tertulias su único propósito era hacer reír a los demás seminaristas. También Dios le pidió unirse a la cruz: perdió a su papa prontamente, luego sufrió un cáncer, que siempre lo afrontó con sentido cristiano; y ya de sacerdote acompañó y preparó a su mamá para el encuentro con nuestro Padre Dios.

Tuve la suerte de ordenarme en el 2008 de presbítero y él de diácono, al lado del hoy padre José Luis Figuerola. Su primer destino fue ir a Lunahuaná; ya de sacerdote ayudó en parroquias como las de Matucana y San Vicente y en la formación de los jóvenes en el Seminario Menor “Nuestra Señora del Valle”. Gracias a la continua colaboración entre las diócesis de Ica y la Prelatura de Yauyos, fue también a trabajar como Rector del Seminario San Martín de Porres (Ica), así fue como empezaron a llegar los primeros seminaristas de Ica para formarse en nuestro Seminario Mayor en Cañete. Tuvo a cargo también en Ica la atención pastoral de las Parroquias de San Juan Bautista, La Sagrada Familia y la capellanía del Colegio de la Cruz de las Canonesas de la Cruz.

Luego de una primera temporada de 4 años en Ica, volvió a nuestra Prelatura ayudando en la Iglesia Catedral y trabajando como capellán y profesor del Colegio “Mazuba” (San Vicente). En 2019 nuevamente el Obispo de Ica, Monseñor Héctor Vera, volvió a tocar las puertas de Monseñor Ricardo García (Obispo de Cañete) para pedirle que pueda regresar Michel a Ica. Generosamente Monseñor Ricardo aceptó. Pude ayudarle a Michel a empacar sus cosas, ese día Monseñor Héctor, quien vino a recogerlo me dijo: “Te quito a tu mejor amigo, pero me hace mucha falta en el Seminario”. Tuvo que retomar sus labores en el Seminario de Ica y con los años acompañar a los nuevos sacerdotes que se ordenaban para el servicio de esa jurisdicción eclesiástica. Con los años fue a apoyarle el Pbro. José Carpio que tenía la tarea de ser el director espiritual del Seminario.

El Padre Michel Huamán fue miembro de la “Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz”, ya siendo seminarista conoció al P. Manuel Tamayo, quien le ayudó a conocer más sobre la espiritualidad sacerdotal y el Opus Dei. 

Una de las últimas conversaciones que tuvimos fue a pocos días del fatal accidente, me llamó desde Cajamarca donde estaba de viaje con los seminaristas, hablamos de sus actividades y luego me envió fotos del viaje. Dice una canción española “algo se pierde en el alma cuando un amigo se va”.  El Padre Michel no sólo fue un amigo sino un hermano en el sacerdocio a quien Dios me permitió conocerle más de cerca en estos años de sacerdote. El día de su entierro, tenía emociones encontradas, pero a la vez la seguridad de que el Señor lo había llamado a su presencia para gozar de Él. En las palabras finales de Monseñor Héctor en el funeral, afirmaba que “Ya en la tierra trabajó por tener sacerdotes para Ica, ahora desde el cielo ayudará más”.

Pbro. Carlos Oré Sánchez