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Reflexión: “Besos al aire. Hechos para el amor”

(P. Marvin Cárdenas)

El amor es una realidad que irrumpe en nuestras circunstancias particulares. Nadie es ajeno a su inmanente y trascendente seducción. Las canciones y las poesías hablan del amor y el desamor. Referirnos al amor es fijarnos en nuestra misma existencia. Al mirarnos a nosotros mismos, nos damos cuenta de que solamente esa vida tiene sentido cuando está orientada por una finalidad. ¿De dónde vengo? ¿Hacia dónde voy? ¿Cuál es el motor y motivo de nuestras acciones? La realización de estas interrogantes entronca con la única vocación a la que hemos sido llamados: amar y ser amados. Es parte de nuestra esencia, el signo distintivo del corazón humano. “El corazón del hombre está hecho para amar, como las aves para volar”. 

Actualmente vemos que las relaciones interpersonales se construyen sobre el castillo de arena de las emociones, solamente en los efluvios románticos. Se busca la “felicidad” a costa de los demás, más no buscar el bien del otro. Hay que estar atentos a no dejarnos capturar por la mentalidad egocéntrica del hombre postmoderno. La fecha de hoy tendría que ser para examinarnos en la CALIDAD de nuestro amor. Los globos, flores, chocolates y tantos múltiples detalles que se darán muchos romeos es solo el 3% de quien aspira hacia el amor verdadero y del bueno. Es ir a más porque el amor es intrépido y audaz, hasta el punto de dar la propia vida.  San Juan Pablo II lo dice magistralmente:

 “El amor auténtico no es vago sentimiento ni una ciega pasión. Es una actitud interior que compromete a todo el ser humano. Es mirar al otro no para servirse de él, sino para servirlo”.

En Jesús nuestro Señor se plasma ese ideal de cómo debe ser el amor. «que se entregó hasta el extremo”. Que el tuyo sea a prueba de fuego.

Pbro. Marvin Leonel Cárdenas Espíritu