En la Basílica de San Pedro en el Vaticano, el Papa Francisco inició este 1 de mayo una “maratón de oración” por el fin de la pandemia que se repetirá cada día de mayo en treinta santuarios del mundo y animó a apostar por la ciencia en la batalla al virus y que se invierta en investigación y no en armas.
Mencionando la “dramática situación” actual, “cargada de sufrimiento y angustia”, pidió protección para quienes lloran a sus muertos, “sepultados a veces de un modo que hiere el alma” y alabó “el cansancio heroico” de médicos, enfermeros, trabajadores sanitarios y voluntarios que arriesgan su vida.
El Santo Padre también pidió a la virgen María que “ilumine los espíritus de los hombres y las mujeres de ciencias para que encuentren buenas soluciones para vencer este virus” y que “alcance las conciencias para que las enormes sumas utilizadas en desarrollar y perfeccionar el armamento se destinen en cambio a promover estudios que permitan prevenir tales catástrofes en el futuro”.
Son cuatro los santuarios que se unirán en esta maratón de oración mariana, tres localizados en América Latina y Uno en España: Nuestra Señora de Luján en Argentina (8 de mayo); Nuestra Señora de la Caridad del Cobre en Cuba (20 de mayo); Nuestra Señora de Guadalupe en México (26 de mayo) y Nuestra Señora de Monserrat en España (22 de mayo). Los cristianos de todo el mundo, a través de medios digitales podrán unirse a estos momentos de encuentro eclesial.
La oración del Papa
El Papa Francisco, antes de comenzar el Rosario, depositó un arreglo floral ante la imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro, en la capilla Gregoriana de la Basílica de San Pedro. En el rezo de los misterios gloriosos participan familias completas: niños, jóvenes y adultos elevaron con toda la Iglesia su plegaria por el fin de la pandemia.
Seguidamente, el Papa recitó la oración inicial y dijo:
Al comienzo del mes dedicado a la Virgen, nos unimos en oración con todos los Santuarios de todo el mundo, con los fieles y con todas las personas de buena voluntad, para encomendar a las manos de la Santísima Virgen la humanidad entera, muy probada por esta época de pandemia. Cada día de este mes de mayo te encomendaremos a Ti, Madre de la Misericordia, las muchas personas que han sido afectadas por el virus y que siguen sufriendo sus consecuencias…
A continuación, el Obispo de Roma pidió por los fallecidos y sus familias que “viven con el dolor y la incertidumbre del mañana”, luego pidió por los “médicos, científicos y enfermeras que están en primera línea de esta batalla, por los voluntarios (…) por los profesionales que han dado su precioso servicio en favor de los demás” y que con sus actitudes han “llevado consuelo a los necesitados”. También pidió especialmente por las mujeres que “han sufrido violencia dentro de las paredes de sus hogares”.
Francisco finalizó este momento de plegaria solicitando a la Virgen: “enciende en nuestros corazones la luz de la esperanza para el futuro”.
Peticiones de Francisco a la Virgen María
Al final del rezo del Rosario, Francisco realizó la oración final, invocando la intercesión de María para que intervenga con su Hijos Jesús, en este momento difícil que atraviesa la humanidad. Pidió también el consuelo para las familias de los enfermos y de las víctimas; la protección de todo el personal sanitario: “acompáñalos en sus heroicos esfuerzos y dales fuerza, bondad y salud”; igualmente pidió por los sacerdotes y por su compromiso pastoral con los más débiles.
Asimismo, pidió por los gobernantes de las naciones para que trabajen “ayudando a aquellos que carecen de lo necesario para vivir”. Especialmente pidió a la Virgen que toque las conciencias de quienes destinan enormes sumas de dinero para fabricar y consumir armas y que esos fondos sirvan para combatir esta y futuras epidemias.
El Pontífice expresó a la virgen para que ayude a la humanidad a sentirse una, como una “gran familia” y así, en un espíritu de hermandad y solidaridad acudamos en ayuda de las numerosas pobrezas y situaciones de miseria”.
Después de la oración, el Papa bendijo los Rosarios que serán enviados a los treinta santuarios marianos en todo el mundo y que forman parte de la red que da vida a esta iniciativa