Soy Christian Nicolás Lázaro Gálvez, nací el 12 de Febrero de 1997, provengo del distrito de Huangáscar de la Provincia de Yauyos, vengo de una familia pequeña, mis padres Edgar y Gladiz, mis hermanos Jean Pierre y Álvaro.
Los estudios de inicial, primaria y el primer grado de Secundaria los realicé en mi pueblo de Huangascar, para el segundo grado de secundaria mis papás animados por el Padre Nilton Pachas, en ese entonces Párroco de Pacarán, me manifiestan la posibilidad de ir a estudiar al Colegio Seminario Menor “Nuestra Señora del Valle”- Nuevo Imperial. Comencé los estudios en el mes de marzo de 2010, me acostumbré muy rápido al internado y al horario, desarrollando muchas actividades durante el día como la piedad, el estudio, el deporte y el sano entretenimiento a través de instrumentos musicales, la lectura, el ping pong, el ajedrez y algunos otros hobbies. Culminé la secundaria el año 2013 con abundantes gratos recuerdos.
De estudiante de Veterinaria al Seminario Mayor
Después de la secundaria, comencé a estudiar la carrera de veterinaria, queriendo seguir los pasos de mi papá ya que él es veterinario. En Huangáscar y en los distritos aledaños, como en toda la sierra del Perú, gran parte de los pobladores se dedican a la ganadería, todo ello me llevó a elegir dicha carrera para contribuir al progreso de mi pueblo. El día 13 de Noviembre del 2016, fui a participar como ex-alumno al Aniversario del Colegio Seminario Menor, reencontrándome con muchos amigos, compañeros de aula, profesores y formadores-sacerdotes, al encontrarme con el Padre Juan Bautista Huamán (mi formador en el tiempo de alumno) empezamos a charlar y al finalizar la conversación me dice una simple pregunta ¿Christian y a ti no te gustaría curar almas en lugar de perritos y gatitos?, a través de esa interrogante, Dios se valió para que yo pudiera escuchar su llamado, a la que después de un período de discernimiento respondí que sí. Él me llamó a curar almas cuando estaba estudiando la carrera.
Cuando Cristo se fija en alguien para llamarle a seguir su voluntad en el camino sacerdotal o vida consagrada, le hace oír su voz a través de toda una serie de luces y reclamos que va dejando caer silenciosamente, en lo íntimo de su conciencia y de su corazón. A veces una palabra dicha o una simple pregunta, una lectura o un buen testimonio le sirven a Dios para insinuar su afirmación de amor para luego seguirle libremente
El Seminario y la Ordenación diaconal
Desde el 11 de marzo del presente año vengo realizando mi práctica pastoral en la parroquia “Nuestra Señora del Carmen” de Herbay, una parroquia con 11 años de creación, que abarca desde el río Cañete hasta el río Topará. Mi gratitud por todo el apoyo brindado al Padre Leoncio y al Padre Federico, junto a los grupos parroquiales, familias y 16 pueblos de la parroquia.
Dios mediante, el próximo viernes 13 de diciembre recibiré la ordenación diaconal en el Santuario Madre del Amor Hermoso en Cañete, junto a mi hermano Jean Pierre que se convertirá en sacerdote. Dios ha querido llamarnos a seguirle en el mismo camino, nuestra familia le está muy agradecida por esta bendición que nos hace.
Comparto mi testimonio vocacional con el propósito de invitarles a seguir rezando por el aumento y la perseverancia de las vocaciones sacerdotales y religiosas.
Para finalizar, invito a todos los jóvenes a que consideren el llamado a la vida sacerdotal o consagrada, a esta aventura extraordinaria, donde Dios cambia tus planes y te pone proyectos de salvación, pero el Señor te dará las fuerzas necesarias y todo lo que necesites para que correspondas con generosidad, en realidad Dios no te quita nada, te lo da todo, el ciento por uno.
¡Cuento con sus oraciones!
Atte. Christian Lázaro Gálvez