“Quien quiera ser el primero que sea el último de todos y el servidor de todos”
Estimados hermanos y hermanas:
En el contexto de la Solemnidad de Pentecostés y ante la proximidad de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, los obispos del Perú, queremos acompañarles en los difíciles momentos que nos toca vivir, haciéndoles llegar la siguiente reflexión:
- El próximo 6 de junio, elegiremos al presidente de la República, el primer servidor de nuestra Patria. Es un deber ciudadano ir a votar y emitir un voto responsable, pensando en el presente y en el futuro del país.
- Que Dios nos conceda el don de la Sabiduría, para poder discernir y elegir lo mejor para nuestra Patria y así encaminarnos a superar la crisis social, política, económica, educativa, sanitaria y la corrupción que nos afecta y golpea a todos de manera especial a los más débiles y vulnerables.
- La Iglesia invoca a votar de forma libre y bien informada e igualmente hace un llamado a la conciencia ciudadana para la buena elección de sus gobernantes.
- En el contexto del bicentenario de la independencia nacional, estas elecciones deben ser una ocasión para fortalecer los valores fundamentales de la Nación: democracia, libertad, Estado de derecho, independencia de poderes, dignidad humana, la vida, la familia, la propiedad, el respeto de los tratados internacionales, que deben ser plenamente garantizados por el orden constitucional.
- Con nuestra elección debemos también reafirmar los grandes valores éticos, morales y religiosos que sustentan a nuestra nación desde sus inicios y que constituyen la gran reserva moral del país que debemos cuidar y ennoblecer.
- La Iglesia, en fidelidad a la dignidad humana, siempre ha rechazado y condenado al comunismo por ser un sistema perverso que reduce al ser humano a la esfera de lo económico y restringe las libertades fundamentales de la persona; así mismo, la Iglesia rechaza al capitalismo salvaje que reduce al ser humano al “consumismo” y al afán de lucro desmedido, en desmedro de la dignidad humana. (Cfr. Centesimus Annus 8).
Igualmente, la Iglesia condena al terrorismo, la violencia venga de donde venga y a todo atentado contra la vida (Cfr. San Juan Pablo II Encíclica “Centesimus Annus”; Benedicto XVI, “Caritas in Veritate”). - La Iglesia, tiene como fuente de sus enseñanzas el Evangelio y lo anuncia en comunión con el Magisterio Pontificio y el Magisterio de la Iglesia en América Latina y el Caribe, que se sustenta en los principios de la dignidad humana, el bien común, la opción preferencial por los pobres, promoviendo una sociedad fraterna, solidaria, y una economía inclusiva, pues nadie debe quedar “afuera”, como promueve la doctrina social de la Iglesia. (Cfr. Laudato Si, Fratelli Tutti).
- La Iglesia fiel al Evangelio de Jesucristo, siempre ha estado y estará al servicio del país, como lo viene demostrando en este duro tiempo de la pandemia. Nuestra fuerza y nuestra esperanza proviene del Señor quien es modelo de toda persona y ha venido para que tengamos vida y vida en abundancia (cfr. Juan 10,10).
- La buena política debe también atender las urgentes necesidades, sobre todo de los más pobres y vulnerables y debe ser capaz de unirnos, no de dividirnos, pues “nadie se salva solo”; todos somos parte integrante de un país “de todas las sangres”, nadie puede ser “descartado” (Papa Francisco, discurso durante su visita al Perú en 2018).
- Para fortalecer la democracia, es necesaria una ciudadanía activa, proactiva y vigilante que esté muy atenta para preservar el orden democrático ante cualquier intento de quebrantarlo.
- Como ciudadanos necesitamos con urgencia recuperar la confianza entre nosotros para que juntos y con generosidad construyamos un Perú realmente fraterno, solidario, en paz. ¡No nos dejemos robar la esperanza!
- Que el Señor de los Milagros bendiga al Perú y que la Virgen Santísima nos proteja, por la intercesión de Santa Rosa de Lima y de San Martín de Porras, defensores de los pobres.
Lima, 25 de mayo de 2021
Los Obispos del Perú.