El lunes 10 de junio en el salón de conferencias del Instituto Superior “Valle Grande” se realizó la conferencia de prensa para dar a conocer los diversos actos conmemorativos por los 50 años de la visita de San Josemaría Escrivá de Balaguer a Cañete, organizada por la Prelatura de Yauyos y los institutos de educación superior “Condoray” y “Valle Grande”
Asistieron al evento autoridades y comunicadores locales. Presidió la mesa de prensa Monseñor Ricardo García, Obispo de la Prelatura de Yauyos, quien explicó la importancia para la población cañetana de celebrar este aniversario, ya que hace 50 años recibió al santo sacerdote español que bautizó a la provincia con el nominativo “Valle bendito de Cañete”.
Estuvo también presente en la Conferencia la Lic. Rosario Sánchez en representación del instituto “Condoray”, quien expuso sobre “La huella de San Josemaría en Cañete y el Perú y el impacto de su mensaje”
Finalmente, el Ing. Joel Anaya, Director del instituto “Valle Grande”, presentó el calendario oficial de actividades, que incluye la novena a San Josemaría ofrecida por instituciones de San Vicente de Cañete, la Misa de Fiesta del santo, una exposición fotográfica en San Vicente, entre otros.
A continuación, compartimos el calendario de actividades.
San Josemaría Escrivá en Cañete (13-jul-1974)
El sábado 13 de julio el santo sacerdote -fundador del Opus Dei- visitó San Vicente de Cañete. Al mediodía tuvo una tertulia con numerosos pobladores en el auditorio del Instituto superior Valle Grande.
Acudieron gentes de Lima y de las aldeas del contorno. Algunos se pusieron en camino antes del amanecer. En la sala, donde se apretaba más de medio millar de personas, se veían caras indias, mulatas, chinas; comerciantes, campesinos, empleados, profesores, camioneros…; y las mujeres que recibían enseñanza en Condoray, labor educativa que llevaban mujeres de la Obra.
Les habló san Josemaría del trabajo, que debe hacerse a la perfección, para que agrade a Dios, y no «a la criolla» (así dicen los indígenas cuando no se repara bien en las faenas). Les predicó sobre las prácticas de piedad y, antes que nada, les invitó a limpiarse por dentro con una buena confesión, abriendo el alma y salir después decididos a dejar el alcohol. La palabra del fundador del Opus Dei, que, cuando era necesario, les pedía con fuerza que mudasen de vida, distendía en veladas emociones los rostros impasibles de los nativos.